Thursday, December 21, 2006

Por Víctor Manuel Barceló R.
El crimen organizado es motivo de una de las primeras acciones del nuevo gobierno federal. Bajo sombra negativa del “México Seguro” -que criticamos en estas columnas- Michoacán, profundamente lastimado en la integridad de su gente y como territorio, por acciones impunes de esbirros al servicio del narcotráfico y otras formas de acción delictiva a la alta escuela –que lleva más de 500 ejecuciones en el año- vive un proceso de “limpieza delictiva”. Este se realiza por seis mil efectivos de tropa, tanto del ejercito como de la marina, quienes, junto a mil cuatrocientos veinte integrantes de la AFI y Policía Federal Preventiva, peinan el estado en acción envolvente, que empezó a cobrar vidas.
El operativo, para detener el baño de sangre que escenifican varios grupos, disputándose el control en la región –zona de cultivo y corredor de droga hacia la costa oeste de los Estados Unidos- fue a pedido del gobernador michoacano. Había imposibilidad de controlar los hechos y recuperar tranquilidad, para las familias asentadas en Michoacán. La tarea apenas comienza. El comando de ejército, instalado en Apatzingán, se despliega para patrullar el territorio, quemar plantíos –más de mil localizados vía aérea- y otras acciones. La marina por su lado, cubrirá la costa para controlar salida de droga.
En tanto PFP y AFI manejarán inteligencia, cateos y captura de implicados. Hay 300 órdenes de aprensión. Tomar control territorial, llevará tiempo. Pero ¿ será todo?. Para fines prácticos, el operativo es piloto. Nos cansamos de pedir acción al ejecutivo federal, ahora que lo está haciendo, lo menos será tener un poco de paciencia para conocer de avances, no solo en metas gruesas conocidas, sino de muchas más, que seguramente estarán en la agenda de inteligencia. Otros estados, en condiciones similares o peores de violencia delictiva, están “pidiendo a gritos” su operativo. Tal vez convenga extender acciones a la periferia de Michoacán, para que “la fumigada” que allí se realiza, permita atrapar a los que escapen del cerco.
Esperemos valoraciones para realizar tareas más afinadas, que eviten el fracaso del “México Seguro”. Por supuesto que hay quienes auguran ya, que no habrá resultados importantes del empeño. No nos adelantamos hasta ese nivel, cuando todas las fuerzas del orden –civil y militar- están involucradas. Partamos de capacidad militar y policial, a pesar de que se hable de graves y perniciosas infiltraciones, que seguramente, será una de las tareas que los grupos de inteligencia estén valorando. A partir de la pérdida del poder por el PRI, el proceso de descomposición nacional, se acentuó, sobre todo por incapacidad en la conducción política del país. Junto al operativo, órganos de gobierno, en los tres niveles, valorarán -esperamos- tanto resultados, como mecanismos que se aplican en otros lados. El problema, al final de cuentas, es del ejecutivo, a través de su policía y procuraduría. Están involucrados: gobernadores, sus encargados de la aplicación de la justicia y el poder legislativo.
A todos compete la localización y limpieza de infiltrados. Hay el deber de usar mecanismos que terminen con la impunidad, que recuperen el estado de derecho. La calificación final de este -o cualesquiera otros operativos contra el crimen- la dará la sociedad. Ocurrirá cuando pueda recuperar su tranquilidad. Cuando retornen con sus hijos a parques y jardines, de todos los rincones del país, sin temor a encuentros peligrosos. Cuando cobren salarios, reciban aguinaldos o saquen dinero de caja bancaria, sin sobresaltos.
Lo que urge no son más recursos para los órganos, que debieran ser guardianes del orden y la integridad física y de los bienes ciudadanos. La emergencia está en el buen uso de esos recursos, con resultados de calidad para todos: desde los niños en escuelas, sin acoso del narcomenudeo, hasta el recorrido, a pie o en vehículo, sin ser victimas de ninguna acción criminal. Entonces y solo entonces, podrán calificarse de exitosas las acciones oficiales por la tranquilidad física y mental, de la población mexicana en su conjunto.
Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com